viernes, 7 de enero de 2011

En mi soledad


        Busco en mi memoria restos de ti y a medida que transcurren los días noto como se anquilosan mis recuerdos: la melodía única de tu voz, el olor almizclado que emanaba tu cuerpo, la tersura siempre nueva de tu epidermis... Mi piel, totalmente anhidra ya de tus caricias, parece desencajarse como si fueran las piezas de un puzzle que ansían la destreza de tus dedos para recolocarlos en sus sitios.

            Nunca pensé que pudiera sobrevivir así a tu ausencia y seguir deambulando, como quien lo hace con un puñal lacerante en el corazón. ¡Qué difícil es despertar cada mañana ahogado en soledad, asfixiado por la querencia de tus besos jugosos que hermoseaban mi ánimo en cada amanecida! ¿Cuánto tiempo me regalara el reloj de mi días para sobrevivir a tu ausencia?

              Tengo que buscar las mil maneras de atraerte hacia mí, aunque no estés. Empezaré ahora con esta copa de vino. Bebo un sorbo a tu salud y luego la giro muy despacio para que gota a gota caiga sobre mi pubis, fluyendo por sus líneas invisibles hacia esa hondura que me adornabas con ternura. Ya siento como se va empapando...me recuerda tanto a esa humedad que tú me provocabas en ese lugar...

1 comentario:

  1. magia a cada sorbo sobre la piel
    re-descubriendo las sensaciones, los aromas, la lujuria que antaño nos hizo vibrar

    (me gustó el dibujo!)

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