Me gusta admirar esas líneas de tu cuerpo que rompen la monotonía del aire, dotándolo de una alborotada sensualidad. Observo cómo alcanzan su perfección en la simetría curvada de tus nalgas desnudas, que semejan ondas vivas al bañarlas la tenue luz del atardecer.
Mis dedos se deslizan por esas inclinadas pendientes, a la vez que azuzan tu sensibilidad, a la osada búsqueda de esa sabrosa gruta en la que acaban tus hondonadas y en la que se sumergen, una y otra vez, arrancándote sensaciones crecientemente placenteras que me saboreo al unísono contigo, hasta ese momento en que nuestros cuerpos desmadejados se desploman sobre el colchón.
y son perfectas las lineas que adornan mi cuerpo... bello...
ResponderEliminarLedeska