Me encantan tus ojos. Cobijados al abrigo de tus pestañas coronan tu rostro. Me gusta cómo me miras, cuando me contemplas, cuando lo haces con deseo o cariño y cuando vistes con ellos, mimosamente, todas mis desnudeces. No dejes de mirarme descarada e iluminadamente como sólo tú sabes hacerlo y nunca me faltará ese aliento de tus fanales luminosos conque cada mañana regalas mi día.
Qué bueno enocntrarte de nuevo y leer esos escritos tan pasionales y tan verdaderos que escribes.
ResponderEliminarEspero no perderte de nuevo.
Un beso
Maru