Había llegado ese momento que parecía que
nunca iba a llegar. El vaho cálido de tu respiración fue lo primero que sentí,
seguido del leve roce de tus labios. ¿Fue cosa mía? Pero me pareció distinguir
cada arruguilla de esa superficie carnosa. Al principio anormalmente seca, pero
sólo una décima de segundo, porque enseguida empezó a bañarse de una suave
humedad. La saliva empezó a anegar aquel campo dotándolo de nueva vida, tu
sabor apacible empezó a despertar a mis papilas, especialmente cuando se mezclaron
nuestros sabores, produciendo uno diferente, gustoso y que me provocaba ese
apetencia de tu algo más. Nuestros labios se abrazaban tan dulce como brutalmente,
con esa violencia propia de una pasión almacenada durante tanto tiempo.
Masticaba tus carnosidades, que parecían
pedirme más y fue cuando mi lengua las recorrió con su punta hasta encontrar la
entrada a la placentera cueva de tu boca.
Su punta juguetona esculcaba en tu interior, lamiendo cada uno de tus
dientes y asomándose hasta la entrada a tu garganta donde se recreaba
humedeciendo tu campanilla. Nuestros labios siguieron reconociéndose y ahora mi
lengua se encontró con la tuya, danzaron juntas, muy pausadamente, casi quieta,
primero en tu boca y después siguieron su baile hasta la mía, donde aquella
mezcla de salivas me supo a preciada exquisitez.
Sentía como todo mi cuerpo se tensaba,
respondiendo con cada célula, a aquel impulso que originándose allí se
transmitía por cada una de mis venas. Yo estaba tan a gusto que no me aburría
de aquellas sensaciones, repetitivas y siempre nuevas. Saturado de humedades la saliva se desbordó a
chorros por las comisuras de mis labios, hasta ese instante mágico en que
mezclada con mis lágrimas siguieron fluyendo a través de mi cuerpo, justo hasta
ese instante, que al ver el reloj, me hice consciente de que hacía muchísimos
años en que no había dado un beso como éste, que ya duraba más de quince
minutos.
Quince minutos...Dios, que gozada !!! Besar unos labios, saborear cada recovevco de esta estancia húmeda y excitante..:
ResponderEliminarHay que estar muy a gusto para permanecer quince minutos así.
Has conseguido que los deseara...
siam