…cuando la distancia nos tiene
tan alejados y el tiempo se empeña en desdibujarnos mutuamente en la memoria.
Me gusta acordarme de ti y luchar contra la distancia y el tiempo a brazo
partido, en los distintos instantes de tu día, que es el mío, que es el
nuestro. Me gusta acordarme de ti y despertar de mis recuerdos aquellos
momentos que compartimos en los que tanta fue la felicidad que nos ahogamos en
alegría. Me gusta acordarme de ti degustando aquellas caricias que, con tus
dedos y labios, aterrizabas sobre la pista anhelante de mi cuerpo, mientras
elucubro en esas otras que has ido elaborando en la distancia para
experimentarlas en cuanto estemos juntos. Me gusta acordarme de ti, paladear
mis labios y preparar mi lengua para la lucha con la tuya y saborear la jugosa
dulzura de tu saliva que me nutre como el mejor de los alimentos. Me gusta
acordarme de ti y sentirme envuelto en ese olor tuyo que me excita y despereza
a todos mis deseos. Me gusta acordarme de ti, especialmente ahora en que sé que
está muy cercano ese momento en que volverás a perderte entre mis brazos, sin
preocuparte por dónde está la salida.