Me cuesta hablarte porque
no tengo voz y eso que me conoces muy bien, en cada gesto, en cada roce.
Lo tengo por tanto complicado para expresarme y comunicarte lo que guardo en mi
interior. Nunca estoy solo siempre voy acompañado, lo que no calma esa soledad que
sólo tú atenúas. Te miro sin ojos y te siento incluso, todavía, sin tocarte. Me
siento extraño en mí mismo y si me atengo al color de mi piel, no tengo muy
clara cuál es mi raza: a veces soy blanco y minúsculo, casi desaparecido, otras
rojo y desarbolado, otras al fin morado, casi negro, y dispuesto a devorarte si
te pones por delante.
Siento, en este momento, ansias de ti
y eso se refleja en el cambio de mis formas que crecen rebosantes de energía y
firmeza. Mis arrugas se dilatan y mis líneas se ondean buscándote, para
sumergirme en ti. Entro y salgo una y
otra vez, no veo tu boca pero la imagino cómo va arqueándose en una sonrisa, hasta
ese momento en que tu respiración se atropella y tus labios se curvan en formas
imposibles, las necesarias para emitir gemidos acompasados en tu trémulo cuerpo, cuyos movimientos
terminan sucumbiendo en un silencio sepulcral. Me detengo, presto oídos sin
esas orejas de las que carezco y a continuación oigo esa carcajada, sin
palabras, que me indica que estás feliz. ¡Estoy yo también feliz!
Mi nombre, lo conoces, es pene,
simplemente, sin apellidos o polla, como prefieras y te apetezca llamarme, al
fin y al cabo soy todo tuyo o tuya…
Con un nombre así, no necesita apellidos.
ResponderEliminarY además es un nombre propio, porque es propio y de su propiedad para aquel que es su dueño y gusta placenteramente de compartirlo, sino...pobres de nosotras! jejeje
Una simple reflexión escondida tras una personificación o prosopopeya, en la que dotas de cualidades humanas a un ser inanimado...
ResponderEliminarMe ha encantado ese amplio margen de sorpresa que guardas en cada uno de tus textos y, además, nunca te lo dije pero...me encantaría que esa parte íntima del cuerpo fuera capaz de valorar cuánto nos hace felices a las mujeres...
Un besi...de siam
Hay incluso quien le pone un "Don" delante y tengo, no se si suerte o desgracia, de conocer a alguno que le ha puesto nombre al suyo... en fin..
ResponderEliminarUna atipica reflexión la tuya.
Por cierto me gustan los dibujos con los que acompañas las entradas
Saludos